martes, 23 de febrero de 2010

Todo Comienza Por ti

Para quien tiene ojos para ver, en todas partes las enseñanzas se hacen presentes. En la tumba de un obispo anglicano, que se encuentra en la cripta de la Abadía de Westminster en la Plaza del Parlamento en Londres, se puede leer lo siguiente:

Cuando yo era joven, y mi imaginación no tenia limites, yo soñaba con cambiar el mundo. A medida que me torne más viejo y más sabio, descubrí que el mundo no cambiaría. Reduje entonces, mi campo de visión y resolví cambiar apenas mi país. Más acabe hallando que eso, también, era yo incapaz de cambiar. Envejeciendo, en la última y desesperado intento, decidí cambiar apenas mi familia, los más próximos, más, ahí de mí, ellos ya no estaban allí. Ahora, en mi lecho de muerte, de repente percibo: si yo me hubiese empeñado apenas en cambiarme a mí mismo, con mi ejemplo yo habría cambiado a mi familia. Con la inspiración de la familia y empeñado en ella, habría sido capaz de mejorar mi país y, quien sabe, podría hasta haber cambiado el mundo.

Casi siempre, pensamos y actuamos exactamente así. Es como leer un trecho del Evangelio y luego y pensar como aquellas frases serian muy importantes para alguien de nuestra familia. Cuando escuchamos una conferencia edificante, que conceptúa el bien, enseguida nos viene a la mente el pensamiento de cuan bueno sería si determinada persona hubiese estado allí para escuchar. ¡Eso sería muy bueno para ella! Es lo que pensamos para nosotros mismos.
Como esta información podría modificar, cambiar su forma de actuar. Cuando estamos vinculados a una determinada religión, o pensamiento no es diferente. Queremos que nuestros parientes, nuestros amigos, colegas profesen la misma fe, compartan los mismos ideales. A veces, llegamos a ser un poco incómodo, o tal vez incluso demasiado, el envío de mensajes, frases elegidas para los amigos. Todo con la intención de que ellos las lean, las observen y pongan en práctica.

Son frases que refieren buenas costumbres, la ética, la moral y quien las recibe, con certeza, pensará también: Sería muy importante que el remitente pusiese en práctica esas formulas. El necesita de eso. Por eso es que el Mundo aun no es ese local especial que tanto ansiamos: un oasis de comprensión, con coraje de paz y las fuentes y el canto de fraternidad. Debido a que cada uno de nosotros quiere, piensa, desea cambiar al otro. Hacer que el otro se revista de comprensión, de cortesía. Con todo, el Modelo y Guía de la Humanidad estableció que cada uno debe dar cuenta de su propia administración. Administración de su vida, de sus deberes, de su misión.
El mundo es la suma de todos nosotros, las acciones de todos los hombres. Nos cabe pues la ineludible decisión de proponernos a la propia mejoría. Y hoy, hoy es el mejor día para eso. Ni mañana, ni después. Hoy. Comencemos a pensar en que nos podemos mejorar. Quién sabe, ¿un acto de bondad? ¿Qué tal un buen día? ¿Muchas gracias, una sonrisa?

Piense en eso.

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